Hoy ha sido
día de visita a un centro educativo de secundaria y bachillerato para ver
algunas de sus acciones en torno a la sostenibilidad.
Para empezar
hemos analizado factores importantes de la comida que tienen en los centros
educativos, si bien hay que decir, que todo o casi todo el alumnado de
secundaria y bachillerato de los centros educativos de Finlandia, comen en el
centro porque sus jornadas son muy flexibles y sus horarios de entrada y salida
varían de unos a otros, además de ser comidas pagadas con fondos estatales, es
decir, ninguna familia tiene que pagar por estos servicios de forma directa,
aunque evidentemente lo hacen a través de sus impuestos.
La
comida que se sirve en este centro es “slow
food”, es decir, productos de Km 0.
La filosofía slow
food o «comida lenta» es lo contrario
a la comida rápida, y se caracteriza por dar prioridad a los productos
naturales y locales antes que a los alimentos procesados y producidos en
serie. Son productos elaborados en la localidad o la comarca de donde van a ser
consumidos. La idea es que se trasladen de la huerta al plato aunque sabemos
que esto es muy complicado.
Los productos de km 0 favorecen la economía y la gastronomía
local frente a los modelos de producción en serie. De esta forma,
nos vamos a encontrar con alimentos que reducen su impacto en el medio
ambiente y que, además, respetan los ritmos y ciclos naturales del entorno
de donde proceden.
Su nuevo objetivo es introducir comida orgánica pero nos cuentan
que es demasiado cara para el presupuesto que tiene para esta partida.
Y de nuevo, protagonismo para las bicis en los centros educativos, bicis y aparcabicis por los cuatro costados del edificio a pesar de que hoy ha sido un día frio y lluvioso.












